Una niña de 13 años murió tras una persecución policial en el condado de Itasca, Minnesota. La menor, identificada como Angelica, conducía un auto sin luces cuando un agente intentó detenerla. La joven huyó y se estrelló tras varios kilómetros, perdiendo la vida en el accidente.
Según su madre, Angelica había sido colocada en un hogar temporal en Grand Rapids horas antes y quería regresar a casa en Cass Lake. “Estaba asustada”, dijo su madre, Jeannie Wittner, quien la recuerda como una niña alegre y valiente.
La Oficina de Investigación Criminal continúa revisando el caso.