El huracán Otis convirtió en zona de desastre a uno de los destinos turísticos más conocidos de México. La trayectoria del fenómeno era conocida desde la mañana del martes y éste fue creciendo rápidamente en su magnitud, situación que fue desestimada por las autoridades por lo que muchos residentes de sectores desfavorecidos enfrentaron la peor parte de la tormenta sin haber tomado las medidas necesarias para preservar la vida. Luego del azote del meteoro, una importante cantidad de personas acudieron a saquear en forma masiva todo tipo de negocios, desde grandes mayoristas hasta tiendas de abarrotes ante la falta de vigilancia, lo que elevó el nivel de peligrosidad para los residentes toda vez que los saqueadores se estuvieron comportando en forma agresiva en una región que es bien conocido es dominada por los grupos del crimen organizado.

La desgracia puede llegar a tomar magnitudes más importantes una vez que se levante el hermetismo que no ha dejado conocer el saldo en vidas del fenómeno, estimado hasta el momento en 27 muertes, y mucho menos la estimación económica de los daños pero lo cierto es que la decisión del régimen de desaparecer los fondos de ayuda para la población puede llegar a tener consecuencias funestas en una comunidad que vive principalmente del turismo y que este activo ha sido afectado en forma significativa.

 

Crédito imágenes: Meganoticias