El FBI alerta sobre estafadores en línea que adoptan un enfoque personalizado, llegando incluso a enviar mensajeros a las puertas de las víctimas. La táctica implica a timadores haciéndose pasar por soporte técnico o funcionarios gubernamentales, alertando a las personas, principalmente adultos mayores, a proteger sus fondos comprando metales preciosos. Posteriormente, organizan encuentros en persona con mensajeros para recoger efectivo o joyería. A menudo, se autentica la transacción con un código. Lamentablemente, las víctimas nunca recuperan su dinero, siendo parte de un elaborado fraude.