El mensaje es claro: una pastilla puede matar. Autoridades federales y estatales resaltan la amenaza del fentanilo ilícito que sigue circulando.

Solo el año pasado, la DEA retiró aproximadamente 2.5 millones de dosis letales de fentanilo de las calles de Minnesota. A pesar de esta cifra impactante, no es suficiente.

El fentanilo es un opioide sintético peligroso, 50 veces más potente que la heroína y responsable de desgarrar familias, como la de Michelle Loberg. Es por eso que las autoridades federales y estatales están trabajando sin descanso para mantener las pastillas fuera de las calles.

La Fiscalía de Estados Unidos, junto con la Administración de Control de Drogas, organizó una conversación comunitaria centrada en la concienciación y prevención del fentanilo el miércoles por la tarde.

“La situación no está mejorando”, dijo el Fiscal General de Estados Unidos, Andrew Luger. “Está empeorando, las pastillas son más baratas, el mercado está siendo inundado, necesitamos tanto cumplimiento como podamos para reducir la demanda”.

Y con esas pastillas falsas baratas, las personas pueden no saber que lo que están comprando está cortado con fentanilo.

El Agente Especial Adjunto a Cargo de la DEA, Rafael Mattei, dice que siete de cada diez pastillas incautadas contenían dos miligramos de fentanilo, lo que puede ser letal.

Mattei cree que el cumplimiento combinado con la educación puede ayudar a controlar esta crisis.