El gobierno de Donald Trump busca acelerar la deportación de millones de indocumentados, pero el ICE enfrenta limitaciones de personal y recursos. Para agilizar las detenciones, se reactivó el programa 287(g), que permite a policías locales interrogar y retener a inmigrantes hasta entregarlos a ICE. Estados como Florida e Indiana han aprobado leyes para obligar a sus fuerzas de seguridad a colaborar. Críticos advierten que esta medida fomenta la discriminación racial y criminaliza a inmigrantes sin antecedentes. Trump ordenó ampliar el programa, lo que podría llevar a más redadas en las calles.