La victoria de Andrea Meza como Miss Universo en mayo de 2020 revivió el recuerdo de María Teresa de Landa, la primera mujer en convertirse en Miss México. En 1928, una revista lanzó la convocatoria para el primer certamen de belleza “Miss México”, y María Teresa, con tan solo 18 años, decidió participar. A través de diversas etapas y el apoyo del público, fue elegida como la primera Miss México por un jurado.

El título le permitió representar al país en el Concurso de Pulcritud y Belleza Internacional, precursor del certamen Miss Universo en la década de 1950. La belleza y fama de María Teresa la convirtieron en objeto de numerosas ofertas laborales, incluyendo propuestas de Hollywood. Sin embargo, rechazó todas estas oportunidades, ya que su verdadero deseo era casarse con el general revolucionario Moisés Vidal Corro, a pesar de la diferencia de edad.

Después de la boda, la pareja se estableció en Veracruz, donde el general dividía su tiempo entre la capital y el puerto. Sin embargo, la vida matrimonial de María Teresa tomó un rumbo inesperado. Su esposo no le permitía salir ni leer periódicos, alegando razones morales, pero en realidad ocultaba algo más.

Un día, María Teresa descubrió un periódico con una noticia protagonizada por su esposo, quien era demandado por una mujer veracruzana por bigamia. Impulsada por la angustia, agarró el arma de su esposo con la intención de suicidarse, pero antes confrontó a su marido. En medio de la burla del general, María Teresa disparó contra él y luego intentó quitarse la vida, pero ya no había balas.

El juicio de María Teresa comenzó en noviembre de 1929, y su elegancia y la empatía del público jugaron un papel importante en su exoneración. Fue vista como una víctima de las circunstancias y no como una asesina. Este caso marcó el fin de los juicios populares, ya que se reconocía que no garantizaban imparcialidad. Después de su liberación, María Teresa se dedicó a la academia, destacando en Filosofía, Ética e Historia. Obtuvo un doctorado y se convirtió en profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se retiró en 1986 y falleció en 1992.

La historia de María Teresa de Landa es un testimonio de los giros inesperados que puede tomar la vida y cómo el amor puede influir en nuestras decisiones más trascendentales. Su legado como la primera Miss México y su valentía para enfrentar los desafíos personales y judiciales la convierten en un personaje histórico digno de recordar.