Ocho oficiales que trabajaban en la cárcel del Condado de Ramsey en la fecha en que Derek Chauvin fue encerrado en esas instalaciones, lograron una compensación económica de casi millón y medio de dólares.
Los oficiales de raza, afro americana, hispana e isleños, denunciaron que en función del color de su piel, fueron reasignados a otros puestos para que no tuvieran contacto con Chauvin, en prevención de algún tipo de represalia por la muerte de George Floyd. El Sheriff Bob Fletcher negó que se tratara de algún tipo de segregación pero las autoridades del Condado consideraron oportuno destinar esta cantidad para compensar la posible afectación a los ocho demandantes.
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