Bajo la presidencia de Donald Trump y con Robert F. Kennedy Jr. al frente de Salud, el gobierno federal está recortando la supervisión alimentaria, incluyendo la suspensión de inspecciones clave de la FDA. Entre los programas pausados, se encuentra el control de calidad para leche fluida y otros productos lácteos, lo que podría poner en riesgo la salud pública.
Históricamente, gracias a la regulación federal, se logró reducir enfermedades como la tuberculosis y el tifus transmitidas por la leche. Hoy, expertos advierten que volver a sistemas estatales fragmentados podría poner en peligro la seguridad alimentaria en todo el país.