El expresidente Donald Trump se enfrenta a cuatro cargos, incluyendo conspiración para defraudar a Estados Unidos y obstrucción de un acto oficial, este último cargo que ya ha sido presentado con éxito contra los agitadores que irrumpieron en el Capitolio.

Otro cargo presentado contra el expresidente se basa en una ley de derechos civiles de la era de la Reconstrucción, que prohíbe las conspiraciones para privar a una persona de sus derechos, en este caso, “el derecho a votar y a que su voto sea contado”.

Según la acusación del fiscal especial, Trump estaba “decidido a permanecer en el poder” después de perder las elecciones de 2020 y, junto con seis presuntos cómplices no acusados, habría orquestado un complot para anular los resultados hasta el 6 de enero.

Los fiscales argumentan que Trump aprovechó el “caos” y la “violencia” del 6 de enero en un intento de mantener vivos sus esfuerzos por anular su derrota electoral.

Además, la acusación sostiene que Trump y sus cómplices engañaron a personas de siete estados para que crearan y presentaran certificados en los que afirmaban ser electores legítimos.

Trump ha proclamado su inocencia ante cuatro cargos penales relacionados con sus presuntos esfuerzos para anular las elecciones presidenciales de 2020.

El arresto y la acusación tuvieron lugar en un juzgado de Washington, donde ocurrió la violencia en el Capitolio de EE. UU. el 6 de enero de 2021, y donde han comparecido más de 1,000 simpatizantes de Trump involucrados en la insurrección. El expresidente fue puesto en libertad con ciertas condiciones, incluida la prohibición de comunicarse con testigos del caso, a menos que sea a través de su abogado.

La próxima audiencia del caso está programada para el 28 de agosto, cinco días después del primer debate de las primarias presidenciales republicanas. Esto destaca la situación extraordinaria en la que se encuentra el favorito para la candidatura republicana de 2024, enfrentando una agenda judicial federal sin precedentes.

Antes de abordar el avión para regresar a su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, Trump expresó a los periodistas que esta acusación es, según sus palabras, “una persecución política. Esto nunca debería haber ocurrido en Estados Unidos”.

Esta histórica escena se suma a otras dos comparecencias judiciales recientes de Trump en casos penales: uno relacionado con cargos presentados por la oficina del fiscal del distrito de Manhattan en Nueva York por un esquema de pagos por silencio en la campaña de 2016, y otro proceso federal en Florida liderado por el fiscal especial Jack Smith, que acusa a Trump de manejar incorrectamente documentos clasificados.