Desde este miércoles, los aranceles al acero y aluminio importados en Estados Unidos se duplicaron al 50%, por orden del presidente Donald Trump, quien argumenta que la medida protegerá la seguridad nacional y a las industrias locales. Trump prometió mantener todos los empleos en U.S. Steel y bonos de 5 mil dólares para sus trabajadores.
La Asociación de Fabricantes de Acero celebró la decisión, pero líderes europeos y expertos advierten que aumentarán los costos en sectores como vivienda, autos y alimentos enlatados. El caso enfrenta ahora desafíos legales que podrían llegar hasta la Corte Suprema.