En Estados Unidos, los fabricantes de automóviles enfrentan un nuevo obstáculo en su impulso hacia los vehículos eléctricos: el robo de cables de carga de EV, que contienen cobre valioso. Este problema ha desactivado estaciones completas de carga, dificultando aún más la ya escasa red de puntos de recarga. Con cerca del 40% de los adultos estadounidenses preocupados por la falta de estaciones de carga y la velocidad de carga de los EVs, muchos potenciales compradores podrían optar por vehículos a gasolina o híbridos. A pesar de esto, grandes fabricantes como Stellantis y General Motors siguen apostando fuerte por los EVs, con metas ambiciosas de electrificación para los próximos años, aunque enfrentan desafíos inesperados en el camino hacia la adopción masiva de vehículos eléctricos.