El presidente de EE. UU. ordenó la suspensión del Programa de Admisión de Refugiados (USRAP) debido al aumento de la migración en los últimos años. La medida busca priorizar la seguridad pública y la capacidad de las comunidades para asimilar a los refugiados. Ciudades como Nueva York y Denver han solicitado ayuda federal para manejar la afluencia. El Departamento de Seguridad Nacional revisará la ley para permitir mayor participación estatal y local en la reubicación de refugiados. El programa se revaluará cada 90 días para determinar su reanudación, según el interés nacional.