Chalino Sánchez, cuyo verdadero nombre era Rosalino Sánchez Félix, se convirtió en una figura legendaria de la música regional mexicana. Sin embargo, su vida estuvo marcada por la tragedia desde el principio. Nacido el 30 de agosto de 1960 en Culiacán, Sinaloa, Chalino creció en una familia de escasos recursos y enfrentó adversidades desde temprana edad.

En los años 70, durante su adolescencia, se vio obligado a cruzar ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos, donde comenzó a buscar formas de subsistir. Realizó trabajos humildes como lavaplatos y lavacoches, pero también se involucró en actividades ilegales, incluida la venta de drogas en pequeñas cantidades y el negocio de ayudar a indocumentados a cruzar la frontera junto a su hermano Armando.

La tragedia golpeó a la familia de Chalino nuevamente en 1984, cuando encontraron el cuerpo sin vida de su hermano Armando en un hotel de Tijuana. Las circunstancias de su muerte y el supuesto encarcelamiento de Chalino en esa época aún son desconocidas.

Sin embargo, la muerte de su hermano mayor se convirtió en el punto de inflexión que impulsó a Chalino a incursionar en la música. Se dice que compuso su primera canción mientras estaba en prisión y gradualmente ganó fama entre los reclusos. Una vez liberado, grabó sus primeros demos en los Estudios San Ángel en Los Ángeles.

Aunque realizó presentaciones y lanzó constantemente nuevas canciones, Chalino alcanzó la fama en 1992 después de un tiroteo durante uno de sus conciertos en Coachella. A pesar de resultar herido en el incidente, su música comenzó a ser más consumida y su popularidad se extendió a las ciudades del norte de México.

Conocido como “El Rey de los Corridos”, Chalino gozó de una breve pero intensa fama. Sin embargo, su vida se vio truncada el 15 de mayo de 1992. A pesar de recibir amenazas de muerte, decidió seguir adelante con un concierto en Sinaloa. Después del evento, su vehículo fue interceptado por un grupo armado que se hizo pasar por policías. Chalino accedió a hablar con ellos a solas y nunca se supo qué sucedió después. Fue asesinado a los 31 años, dejando a una esposa y dos hijos, uno de los cuales también falleció trágicamente en un accidente automovilístico a los 19 años.

La historia de Chalino Sánchez es una mezcla de tragedia, superación y un legado perdurable en la música regional mexicana. Su estilo único y sus letras impactantes continúan resonando en la memoria de sus seguidores, quienes lo recuerdan como una figura emblemática de este género musical.