Jorge Urdiales, quien fue presidente de Rayados de Monterrey de 2001 a 2012, ha destacado que el problema de seguridad en los partidos celebrados en Torreón, Coahuila, no es algo nuevo. A pesar de elogiar el trabajo tanto de la directiva anterior como de la actual del club albiverde, Urdiales reveló que desde aquella época él les dijo que debían mejorar la relación con las autoridades para evitar actos violentos.

En relación con los recientes eventos trágicos en Torreón, donde una aficionada de Rayados murió y otros resultaron lesionados, Urdiales expresó su opinión sobre la necesidad de medidas más fuertes y una mano más firme para controlar la violencia. Destacó la importancia de castigar a quienes cometan conductas inadecuadas en contra de la sociedad.

El exdirectivo lamentó lo sucedido y subrayó que ya había advertido sobre la importancia de establecer una mejor relación con las autoridades y la policía para garantizar la seguridad de la afición visitante. Comentó que, en el pasado, se reunieron con los directivos de Torreón para expresar la necesidad de una mayor colaboración con las autoridades civiles y políticas, así como con los cuerpos de seguridad. Urdiales indicó que el manejo de los grupos y la falta de una buena relación con las autoridades han contribuido a la situación actual.

El exdirectivo de Rayados recordó situaciones anteriores en las que los aficionados visitantes eran retenidos dentro del estadio después de los partidos, lo cual considera un grave error. Propuso que la porra local debería salir primero, y luego se debería permitir que los aficionados visitantes abandonen el estadio sin demoras para evitar conflictos. Urdiales señaló que, en su experiencia, este mal manejo ha llevado a situaciones peligrosas, incluso siendo víctima de violencia afuera del estadio en el pasado.

En conclusión, Jorge Urdiales enfatizó la importancia de abordar la violencia en los estadios y de tomar medidas drásticas, como prohibir la entrada a aquellos que cometan actos violentos y asignar trabajos comunitarios como castigo.