Los corridos tumbados han emergido como un subgénero vibrante dentro de la música regional mexicana, fusionando elementos del corrido tradicional con influencias contemporáneas del trap, el rap y el reggaetón. Esta fusión ha ganado una creciente popularidad entre la juventud mexicana y latinoamericana en los últimos años.

Billboard, una de las principales revistas musicales, define los corridos tumbados como una variante del corrido tradicional que incorpora la sensibilidad del hip-hop, tanto musicalmente como temáticamente. Estos corridos se distinguen por sus ritmos urbanos y bailables, así como por letras que exploran temas como el narcotráfico, el amor, la fiesta y la vida en la calle.

Entre los representantes destacados de este género se encuentra Natanael Cano, reconocido por su colaboración con el cantante Bad Bunny en el tema “Soy El Diablo”. Peso Pluma, originario de Guadalajara, y Junior H, de Guanajuato, también son figuras prominentes en el mundo de los corridos tumbados.

A pesar de su popularidad, los corridos tumbados han sido objeto de controversia debido a su representación de temas polémicos como la violencia y el consumo de drogas. Sin embargo, su influencia y alcance continúan creciendo, atrayendo a una audiencia joven y diversa que se identifica con sus experiencias y vivencias reflejadas en la música.