Una auditoria realizada a la manera en que se distribuyeron 200 millones de dólares destinados a la lucha contra la pandemia determinó que si bien los controles no eran los suficientes para asegurar su correcta aplicación, tampoco hubo desvíos o malversación de fondos.
Este dinero fue otorgado en varias entregas al Departamento de Salud de Minnesota, quien lo aplicó a estrategias para reducir los efectos que la emergencia sanitaria trajo a la comunidad. Este dinero, entre otras cosas, fue empleado en pagar tiempo extra, centros de prueba y varias acciones más que ayudaran a enfrentar el entorno sin precedente que vivimos hace dos años.
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